Como ya lo sabemos, esta cuarentena nos alejó de nuestras rutinas, del patrón de conducta ya pre establecido, nos alejó de nuestra comodidad, de nuestra mal llamada "zona de confort", pero sí nos damos cuenta, no es tan malo después de todo, porque nos ha obligado a replantearnos, a re inventarnos, a aprender a vivir y eso no es fácil. Pues muchos vivían vidas impuestas, adicto a lo tóxico, otros estaban atrincherados a un mudo zoombie donde simplemente se sentían vivos porque respiraban, caminaban y ya. Pero ¿Cuantas personas estaban consciente realmente de la monotonía adquirida?
El diario de Mariú
Este es un espacio donde podrás leer los pensamientos de María Eugenia Urbano.